lunes, 25 de septiembre de 2023

A contracorriente

 En esta ocasión publicamos el relato ganador en la categoría "Diferentes pero iguales".



Noemí era una chica de 16 años, la menor de cinco hermanas, su trayectoria vital y académica era típicamente gitana. En cuarto de la ESO tenía que coger un rumbo. O dejarlo o seguir estudiando. Su familia lo tenía claro haría lo mismo que había hecho sus hermanas mayores las cuales ya estaban casadas y rodeadas de niños. Su familia ya tenía un chico escogido para que su futuro fuera ese y ella lo sabía.

Con las preinscripciones de bachillerato en su mano se dijo:  - “¿Qué voy a hacer yo en casa? - ¡Voy a estudiar!”. En un principio le dolió, le afectó porque pensaba si lo hacía bien, si lo hacía mal. Se quedaría sola, la única gitana de su casa que va a estudiar. ¿Será esto raro? Pero ella no decía nada, seguía para adelante. Su madre le preguntó qué era eso del bachillerato. Ella le explicó que eran dos años de estudio y que después no sabía que iba a hacer. Su madre estaba muy contenta porque sabía que en el fondo, era algo bueno. Su familia no le puso impedimento alguno, pero tampoco estaban muy convencidos. Los cambios siempre dan miedo.

El último día de las preinscripciones ella sola, sin contar con nadie, se plantó en el instituto y dijo: Quiero hacer el bachillerato.

Lo terminó sin problema. Es la suerte que ha tenido al tener una tutora que le decía que valía mucho, que se había graduado y que no me podía quedar ahí, que tenía que continuar estudiando.

Hoy es profesora en un colegio e imparte los mismos valores y enseñanzas que un día hicieron que ella cambiara el rumbo de su vida.

Ellas, las mujeres, las madres, están en el corazón y núcleo de esta tarea.

 

Categoría: Diferentes pero iguales

Alumna: Juncal Cotarelo González

Edad: 13 años

Colegio: Santo Domingo de Guzmán FESD Oviedo

País: España

Eres diferente, eres único

Comenzamos la publicación de los relatos ganadores en cada una de las tres categorías. En este caso el correspondiente a "No al acoso escolar".




Otra vez un nuevo día, de vuelta a la monotonía, muchos despertamos sin ganas de hacer nada, pero irónicamente con ganas de seguir durmiendo, pero hay alguien diferente que acabo de conocer, que despierta con ganas y vive cada día como si fuese el último, lo considero mi amigo y de él tengo mucho que aprender.

Bruno, mi compañero de clases, es el primero en llegar al colegio, hasta da la bienvenida a toda persona que va llegando (profesores, estudiantes, personal de servicio, etc.), muchos estudiantes lo miran y se ríen como si el ser educado sea malo. Como en toda clase, existen los grupos de trabajo, donde todos tratan de agruparse con “los mejores” y a Bruno casi siempre lo eligen al último, incluso hay docentes que creen ser buenos con él y lo colocan en un grupo como alguien “adicional”. Al inicio no era empático con mi compañero, pero el mismo demostraba ser más responsable y mejor alumno que muchos que lo menospreciaban y daba una gran lección a todos.

Llegaba el momento de recreo, inmediatamente todos fuimos a jugar futbol, a sentarse sobre el césped y a elegir a los equipos, esta vez me tocó elegir primero, alcé la cabeza buscando al mejor y a un costado observé a Bruno arrancando el césped y grité ¡ELIJO A BRUNO!, la mirada gacha cambió por un rostro sumamente feliz, y el de mis compañeros todos asombrados. Llegó el momento de jugar y GANÉ, si gané, una amistad sincera, de una persona que sólo tiene pensamientos buenos y sanos, de esas amistades que ya no hay, además de eso gané el respeto de mis compañeros.

 

Categoría: No al acoso escolar

Alumno: Estif Josué Ramos Llazca

Edad: 10 años

Colegio: Fe y Alegría 67 "María Inmaculada"

País: Perú

viernes, 15 de septiembre de 2023

Todos somos seres humanos

Continuamos con la publicación de los relatos ganadores de la octava edición. En este caso el Accéssit correspondiente a la categoría "No a la violencia contra las niñas".





En un pueblito hermoso y pequeño de Guatemala, había una niña muy linda que se llamaba Katy.

Un día, iba a la tienda con su uniforme del colegio a comprar las tortillas para el almuerzo. Unos niños más grandes que ella, la seguían y la empezaron a molestar diciendo cosas muy incomodas. Katy se apresuró a entrar en la tienda para pedirle ayuda al dueño porque estaba muy asustada.

Don Juan, el tendedero, salió para ver qué pasaba, los niños se estaban riendo afuera esperando a que Katy saliera, y al ver a Don Juan, se asustaron. Don Juan les preguntó que porqué estaban molestando a Katy a lo que ellos respondieron que solo era un juego.

Don Juan les explicó que habían hecho sentir mal y asustada a Katy y que el sabía que esa no era su intención, pero que deberían comportarse como buenos niños valorar a todas las personas, sin importar si eran niños o niñas, pequeños o grandes porque todos somos seres humanos que merecen consideración, respeto, solidaridad y amor.

Los niños estaban arrepentidos por las palabras que le dijeron a Katy y como muestra de ello se disculparon con Katy y le dijeron que ya no volverían a decirle ninguna de esas cosas que la incomodaron ni a ella ni a otra persona.

Katy, aceptó las disculpas muy contenta porque había ayudado a que otras personas no se sintiera igual que ella en ningún momento. Ahora, Katy está muy feliz y los niños son sus amigos

 

Categoría: No a la violencia contra las niñas

Alumno: Camila Mazariegos

Edad: 12 años

Colegio: Liceo Chapero

País: Guatemala

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Relatos ganadores

Como todos ustedes saben, anualmente Ong Otromundoesposible, en colaboración con la Fundación Cultura de Paz, y presidiendo el Jurado D. Federico Mayor Zaragoza, organiza el Concurso Infantil Iberoamericano de Relato Breve Otro Mundo es Posible. 


Este año ha llegado a su octava edición fomentando los mejores valores humanos entre los más pequeños para que el día de mañana sean unos adultos comprometidos en dichos valores. 


Les presentamos en esta primera publicación uno de los dos ganadores de Accésit de este año.





Final Diferente

Mi vida cambió después de conocer a José.

Le decíamos “Sino”, porque no tenía una oreja (sin oreja). No lo queríamos en nuestros juegos porque cuando lo crearon, aparte del faltarle la arcilla, no le dotaron de talento alguno para el deporte. Poníamos mala cara cuando el profesor nos obligaba a incluirlo en el equipo. Tenerlo era una derrota asegurada. Tampoco servía para los estudios. No prestaba atención a la clase por estar dibujando no sé qué cosas en su cuaderno.

Otro libro que nos da el profesor. Este era uno distinto a los demás. La trama giraba en torno a un niño sin una oreja. ¡Es José! El salón no podía dejar de mirarlo mientras avanzaban las páginas. Uno de los compañeros le pidió que autografiara su libro, riendo, aceptó firmarlo. Poco a poco los demás hicieron lo mismo. “Sino” era la sensación.

La historia era cada vez más entretenida. Al personaje le ocurrían cosas que hacíamos a José. Era como si nosotros mismos contáramos la trama.

Quedamos pasmados cuando leímos la parte final. Encontraron el cuerpo sin vida del personaje en el baño de su colegio. No aguantó la vida que tenía. Las miradas se descontrolaron porque no podían ubicar a José. Su asiento estaba vacío. Miles de cosas pasaron por mi mente. Nero y Gato voltearon a mirarme con cara de preocupados. La culpa nos carcomía. Sentí que me faltaba la respiración. El corazón lo sentía en mi cabeza.

Mientras termino un trabajo, veo a mi hijo y no quisiera que pase una experiencia similar. Quién iba a pensar que ahora esté haciendo los planos para un edificio que José diseñó. Los dibujos que hacía en su cuaderno se volvieron realidad.

La gripe era la causante de su ausencia aquel día.

 

Categoría: No al acoso escolar

Alumno: Naime Derwinson Burgos Rojas

Edad: 13 años

Colegio: I.E. 0433 COPRODELI “Luisa Aliaga Gonzales”

País: Perú