Finalizamos con éste la publicación de los relatos ganadores de la IX Concurso Infantil Iberoamericano de Relato Breve Otro Mundo es Posible. Ha sido un verdadero placer leer los relatos de nuestros niños, por eso ya estamos preparando la X Edición.
En un lugar llamado Esperanza, en el corazón de Guatemala, vivía una niña llamada Luz. Luz era conocida por su espíritu alegre, su amor por los libros y su sueño de convertirse en escritora. Soñaba con compartir historias que pudieran cambiar el mundo.
Un día, mientras Luz estaba en la escuela, escuchó a sus compañeros hablar de un tema que le pareció muy preocupante: la violencia de género. Algunas de sus amigas compartieron historias de miedo y tristeza, historias que Luz no podía creer que fueran reales. Historias de niñas que, como ella, tenían sueños y esperanzas, pero que se veían limitadas por la violencia y la discriminación.
Luz se sintió triste y enojada, pero también se sintió motivada. Decidió que tenía que hacer algo al respecto. Así que comenzó a escribir. Escribió una historia sobre una niña valiente que se enfrentaba a la injusticia y la violencia. La historia de Valeria.
Valeria era una niña que, a pesar de las adversidades, nunca dejó de luchar por sus derechos y los de las demás. A pesar de vivir en un mundo donde la violencia de género era una realidad, Valeria se negó a ser una víctima. En lugar de eso, eligió ser una luchadora, una defensora de los derechos de las niñas.
La historia de Valeria se difundió rápidamente por todo el pueblo. Los maestros la leyeron en las escuelas, los padres la compartieron con sus hijos, y pronto, el mensaje de no a la violencia de género se convirtió en un grito común en Esperanza.
Pero Luz no se detuvo ahí. Organizó talleres y charlas en su escuela para educar a sus compañeros sobre la importancia de respetar los derechos de las niñas. Invitó a líderes comunitarios y activistas a compartir sus experiencias y a enseñar a los niños y niñas de Esperanza cómo pueden contribuir a poner fin a la violencia de género.
Con el tiempo, Luz vio cómo su pequeño pueblo comenzaba a cambiar. Vió cómo sus compañeros de escuela empezaban a tratar a las niñas con más respeto. Vió cómo los padres y madres del pueblo empezaban a valorar más a sus hijas. Cómo Esperanza se convertía en un lugar donde las niñas podían soñar y aspirar a ser lo que quisieran sin miedo a la violencia o la discriminación.
Luz demostró que las palabras tienen poder, que las historias pueden cambiar realidades y que cada uno de nosotros tiene la capacidad de decir no a la violencia de género. Y aunque Luz era solo una niña, su valentía y determinación inspiraron a todo un pueblo a luchar por un futuro mejor.
Este relato es un recordatorio de que todos tenemos un papel que desempeñar en la lucha contra la violencia de género. Cada uno de nosotros puede ser una Luz, una Valeria, un agente de cambio. Porque cada niña merece vivir en un mundo donde pueda soñar, aprender, crecer y prosperar sin miedo a la violencia o la discriminación.
CATEGORIA: No a la violencia contra las niñas
NOMBRE: María Fernanda Velásquez Olivares
EDAD: 11 años
COLEGIO: Liceo Chapero
PAÍS: Guatemala
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