viernes, 25 de octubre de 2024

Colegios y Profesores extraordinarios

En reconocimiento a los colegios y profesores de los alumnos ganadores de la IX edición del Concurso Infantil Iberoamericano de Relato Breve, Otro Mundo es Posible.




Con este concurso, desde Ong Otromundoesposible se pretende que los alumnos de los colegios de Iberoamérica aporten sus puntos de vista y propuestas para conseguir que la sociedad en la que vivimos -donde es frecuente ver casos de discriminación, acoso escolar o violencia contra las niñas y mujeres-, sea mejor el día de mañana, adquiriendo para ello valores de respeto e igualdad hacia los demás, de manera que cuando sean adultos actúen de forma digna, respetuosa y justa a nivel personal y trasladen esa actitud a la sociedad en la que les toque vivir.

En palabras de Federico Mayor Zaragoza, Presidente del Jurado, el concurso pretende fomentar en los alumnos "valores de solidaridad, tolerancia, no violencia, respeto al medio ambiente, etc., que favorezcan el desarrollo de sociedades más justas, solidarias, equitativas y pacíficas".

En concreto se pretende conseguir que reflexionen y escriban sobre cómo mejorar tres aspectos de la discriminación:

  • Cómo evitar la Violencia de Género
  • Cómo acabar con el Acoso Escolar.
  • No Discriminación.

Es evidente que la parte fundamental del concurso son los colegios que asumen estos valores éticos y humanos y que, a través de los profesores, crean las condiciones para ser interiorizados por sus alumnos.

Por eso queremos dar las gracias por su excelente capacidad docente y su sensibilidad humana y social, a los siguientes colegios y profesores, de izquierda a derecha en la imagen:

Docente: Paula Andrea Castaño Ríos.

Colegio: A.S.I.A. Ignaciana

País: Colombia

 

Docente: Benedicto Cuervo Álvarez

Colegio: Santo Domingo FESD

País: España

 

Docente: Tomás Eliot Robles del Águila

Colegio: COPRODELI "Luisa Aliaga Gonzales"

País: Perú

 

Docentes: Nubia Menendez y Helen Alonzo

Colegio: Liceo Chapero

País: Guatemala

A todos ellos y a los centros educativos por la formación en valores humanos a sus alumnos: Gracias!

viernes, 18 de octubre de 2024

NO a la violencia de género contra las niñas

Finalizamos con éste la publicación de los relatos ganadores de la IX Concurso Infantil Iberoamericano de Relato Breve Otro Mundo es Posible. Ha sido un verdadero placer leer los relatos de nuestros niños, por eso ya estamos preparando la X Edición.



En un lugar llamado Esperanza, en el corazón de Guatemala, vivía una niña llamada Luz. Luz era conocida por su espíritu alegre, su amor por los libros y su sueño de convertirse en escritora. Soñaba con compartir historias que pudieran cambiar el mundo.

Un día, mientras Luz estaba en la escuela, escuchó a sus compañeros hablar de un tema que le pareció muy preocupante: la violencia de género. Algunas de sus amigas compartieron historias de miedo y tristeza, historias que Luz no podía creer que fueran reales. Historias de niñas que, como ella, tenían sueños y esperanzas, pero que se veían limitadas por la violencia y la discriminación.

Luz se sintió triste y enojada, pero también se sintió motivada. Decidió que tenía que hacer algo al respecto. Así que comenzó a escribir. Escribió una historia sobre una niña valiente que se enfrentaba a la injusticia y la violencia. La historia de Valeria.

Valeria era una niña que, a pesar de las adversidades, nunca dejó de luchar por sus derechos y los de las demás. A pesar de vivir en un mundo donde la violencia de género era una realidad, Valeria se negó a ser una víctima. En lugar de eso, eligió ser una luchadora, una defensora de los derechos de las niñas.

La historia de Valeria se difundió rápidamente por todo el pueblo. Los maestros la leyeron en las escuelas, los padres la compartieron con sus hijos, y pronto, el mensaje de no a la violencia de género se convirtió en un grito común en Esperanza.

Pero Luz no se detuvo ahí. Organizó talleres y charlas en su escuela para educar a sus compañeros sobre la importancia de respetar los derechos de las niñas. Invitó a líderes comunitarios y activistas a compartir sus experiencias y a enseñar a los niños y niñas de Esperanza cómo pueden contribuir a poner fin a la violencia de género.

Con el tiempo, Luz vio cómo su pequeño pueblo comenzaba a cambiar. Vió cómo sus compañeros de escuela empezaban a tratar a las niñas con más respeto. Vió cómo los padres y madres del pueblo empezaban a valorar más a sus hijas. Cómo Esperanza se convertía en un lugar donde las niñas podían soñar y aspirar a ser lo que quisieran sin miedo a la violencia o la discriminación.

Luz demostró que las palabras tienen poder, que las historias pueden cambiar realidades y que cada uno de nosotros tiene la capacidad de decir no a la violencia de género. Y aunque Luz era solo una niña, su valentía y determinación inspiraron a todo un pueblo a luchar por un futuro mejor.

Este relato es un recordatorio de que todos tenemos un papel que desempeñar en la lucha contra la violencia de género. Cada uno de nosotros puede ser una Luz, una Valeria, un agente de cambio. Porque cada niña merece vivir en un mundo donde pueda soñar, aprender, crecer y prosperar sin miedo a la violencia o la discriminación.

 

CATEGORIA: No a la violencia contra las niñas

NOMBRE: María Fernanda Velásquez Olivares

EDAD: 11 años

COLEGIO: Liceo Chapero

PAÍS: Guatemala


miércoles, 16 de octubre de 2024

El jardín de colores

Continuamos publicando los tres primeros premios de la novena edición del concurso infantil iberoamericano de relato breve.



Había una vez un hermoso jardín en un pequeño pueblo. En ese jardín, crecían flores de todos los colores: rojas, amarillas, azules, moradas y verdes. Cada flor tenía su propio olor y belleza, y todas juntas hacían del jardín un lugar mágico. Las personas del pueblo solían visitar el jardín para disfrutar de su belleza y olor, encontrando paz y alegría entre sus pétalos.

Un día, llegó al jardín una nueva flor llamada Sol, era de un color dorado brillante, diferente a todas las demás flores del jardín. Al principio, las otras flores se acercaron a Sol con curiosidad, pero pronto comenzaron a alejarse. Algunas flores susurraban entre ellas y decían cosas como: "Es tan diferente" y "No pertenece aquí". Estas palabras marcaban el corazón de Sol, llenándola de tristeza.

Sol se sentía muy triste y sola. Quería ser amiga de las otras flores, pero no sabía cómo, siempre que intentaba acercarse, las flores la ignoraban o se alejaban, Sol pasó muchos días llorando en silencio, sintiendo que nunca sería aceptada por ser diferente; A veces, miraba el cielo y se preguntaba si había algún lugar en el mundo donde pudiera encajar.

Un día, una mariposa llamada Luna voló hasta el jardín y vio a Sol llorando. Luna se posó suavemente sobre uno de los pétalos de Sol y le preguntó: "¿Por qué estás tan triste?" Sol suspiró y respondió: "Las otras flores no quieren ser mis amigas porque soy diferente, no soy como ellas y eso las hace, no quererme aquí en este hermoso jardín".

Luna pensó por un momento y luego dijo: "¿no te das cuenta de lo especial que eres? Tu color dorado brilla como el sol mismo y traes una luz especial a este jardín, ven, déjame mostrarte algo."

Luna llevó a Sol a un pequeño estanque en el centro del jardín el agua era tan clara como el cristal y reflejaba la imagen de todas las flores "Mira," dijo Luna, "mira cómo todas las flores juntas hacen que el jardín sea hermoso, cada una con su color único, y tú eres una parte importante de esa belleza."

Sol miró su reflejo y vio cómo brillaba junto a las otras flores, por primera vez, se dio cuenta de que ser diferente no era algo malo, sino algo especial, con una sonrisa, Sol agradeció a Luna y decidió no rendirse.

Esa noche, cayó una fuerte tormenta en el jardín, la lluvia y el viento eran tan fuertes que muchas flores estaban en peligro de ser arrancadas de raíz; Sol, con su firmeza y brillo, decidió ayudar, con su luz dorada, guio a Luna y a otros pequeños insectos para que protegieran a las flores más débiles, juntos, construyeron pequeños refugios y ayudaron a mantener firmes a las flores más jóvenes.

Cuando la tormenta terminó, las flores se dieron cuenta de lo mucho que Sol había hecho por ellas. "Sol," dijeron avergonzadas, "hemos sido injustas contigo. Nos hemos dado cuenta de que, sin ti, nuestro jardín no sería el mismo. Gracias por ayudarnos."

Sol sonrió y dijo: "No importa cómo somos por fuera, lo importante es lo que llevamos dentro. Juntas, podemos hacer de este jardín un lugar más hermoso." Desde ese día, todas las flores aprendieron a valorar y respetar las diferencias de cada una. El jardín se volvió aún más hermoso, no solo por los colores, sino por la amistad y la aceptación que ahora florecían allí. Las personas del pueblo notaron el cambio en el jardín y lo visitaban más frecuentemente, ya que se notaban sus lindas flores y la armonía que este regalaba.

 

CATEGORIA: Diferentes pero iguales

NOMBRE: Emily Patiño Patiño

EDAD: 9 años

COLEGIO: Institución Educativa A.S.I.A Ignaciana

PAÍS: Colombia

miércoles, 9 de octubre de 2024

Acoso escolar a Lydia

Comenzamos la publicación de los relatos ganadores de un Primer Premio de las tres categorías del Concurso Infantil Iberoamericano de Relato Breve, Otro Mundo es Posible.




Lydia era una niña de apenas 12 años que había nacido con albinismo, tenía la piel blanca como la nieve y unos ojos de un color azul pálido. Lydia nunca había tenido amigos, la veían diferente y nadie quería juntarse con ella, lo que provocaba que fuese una persona cada vez más y más insegura. Su único deseo era ser una niña normal y su esperanza era lograrlo ahora que empezaba una nueva etapa en el instituto. Sin embargo, estaba lejos de alcanzar su deseo…

El primer día no pasó desapercibida, todo el mundo la miraba como a un bicho raro, y nadie se acercaba a ella para presentarse y hablarle. A la hora del recreo, Lydia decidió deambular por los pasillos y explorar las aulas por su cuenta, pero su mala suerte quiso que un grupo de acosadores se fijase en ella. Al verlos, Lydia entró en pánico e intentó esquivarles, pero ellos comenzaron a perseguirla, gritándole insultos y burlas. Lydia corrió desesperadamente hasta que pudo escabullirse en el laboratorio del instituto. Cerró la puerta tras de sí y ya no luchó más por retener el llanto. Justo en ese momento sonó la campana, se había terminado el recreo.

Lydia no quería llegar tarde a clase el primer día, así que decidió calmarse, ser fuerte y salir, pero pronto se dio cuenta de que la habían encerrado. No le quedaba más remedio que esperar hasta que alguien se diese cuenta de su ausencia, lo que desafortunadamente no ocurrió. Fue el profesor de física y química quien, al entrar al laboratorio por unas probetas, encontró a Lydia sollozando apoyada en la pared. Lydia no se atrevió a contarle lo ocurrido y se limitó a murmurar que había entrado a ver el aula y se había quedado encerrada por accidente. El profesor la creyó, la mandó directa a clase y se olvidó del asunto sin decirle a nadie.

En el camino a casa, que estaba situada al fondo de una alameda, fue reflexionando sobre lo ocurrido, Lydia intentó convencerse a sí misma de que probablemente todo había sido una novatada, así que decidió no comentarle nada a su madre. Al día siguiente volvió al colegio con la esperanza de que fuera un día mejor; sin embargo, muchos de sus compañeros de clase no paraban de molestarla, tirándole bolas de papel cuando el profesor no estaba mirando, insultándole y provocándole un sufrimiento cada vez más insoportable.

Un día como otro cualquiera Lydia fue al instituto con desgana, porque ya sabía lo que iba a pasar. Si bien el día no comenzó tan mal como esperaba, apenas unas pequeñas burlas dispersas, todo empeoró a la hora de la comida, cuando el grupo de acosadores del primer día volvió a fijarse en ella. Comenzaron a rodearla, dejándola indefensa en medio del grupo. El pánico podía verse en sus ojos y todo el comedor estaba atento, aunque nadie movía un dedo. Lydia rezaba para sus adentros y, de repente, contra todo pronóstico, algunos de sus compañeros de clase, que estaban cansados de ver todo lo que sufría, dejaron de lado su miedo y tuvieron la valentía de enfrentarse a los acosadores y defender a Lydia.

Los acosadores obtuvieron su reprimenda y unas cuantas clases de valores para que supiesen respetar a todos sus compañeros. El resto comenzaron a aceptar a Lydia, a interesarse por su peculiar apariencia y a disfrutar de su compañía hasta el punto de hacerse amigos de ella. Cuando no estaba asustada, Lydia era una niña muy divertida y agradable. Nunca más volvió a sentirse sola y nadie la volvió a molestar.

  

Categoría: No al Acoso Escolar

Nombre de la alumna: Elena Díaz Valle

Edad: 13 años

Colegio: Fundación Educativa Santo Domingo de Oviedo. FESD

País: España



viernes, 4 de octubre de 2024

Andrea y su color de piel

Con el relato de Daniela en la categoría "No al acosos escolar", cerramos la publicación de los ganadores de Accésit de esta novena edición.



Andrea es una niña de 10 años que va al colegio, es hija de dos agricultores Julio y Marta.

Hace un año tres chicas de su aula, Paula, Jimena y Antonella la molestaban por su color de piel lo que hacia que Andrea se sentiera excluida del grupo.

Andrea es una niña que le encantan los deportes. Un dia ella estaba jugando con una pelota de basquetball de color naranja  en la cancha del colegio cuando las niñas llegaron y se la quitaron a la vez le dijieron que no la agarrara porque la iba a manchar con esas manos tostadas, las niñas se fueron y se quedo solo Andrea quien quedò muy triste.

A la hora del recreo Andrea llevababa una  blusa amarilla con rosada que era su favorita, ella estaba sentada en una banca comiendo y llegaron Paula, Jimena y Antonella a derramarle un vaso con pintura a proposito y se empezaron a reir, luego dijo Paula ups! se me cayó. Andrea se fue llorando al baño, al salir la estaban esperando y comenzaron a decirle: a ti tus papàs te dejaron demasiado tiempo en el horno y te tostaste ja, ja se empezaron de nuevo a reír las tres. Ese día Andrea se fue muy triste a su casa tanto así que no quería volver a estudiar, pero no tenia el valor de contarles a sus padres lo que sucedía en el colegio con las compañeras de aula.

Al otro día Jimena, Paula y Antonella la volvieron a molestar riéndose de ella y diciéndole choco krispis que era una niña muy fea y le empezaron a gritar fea, fea, fea Andrea salio corriendo al baño de nuevo cómo lo hacia cuando se sentía agredida pero está vez  Jimena, Paula y Antonella la siguieron hasta el baño gritándole cosas muy feas por ejemplo: fea, carbón, frijol…  ella solo podía taparse los oídos, luego se fueron las niñas y Andrea se quedo llorando. A la par del baño en donde estaba Andrea una niña llamada Sofia que es dos años mayor que ella se acercò y le dijo: te sientes bien? Por qué lloras? Es por esas niñas que te estaban gritando cosas feas? Andrea respondió: sí son niñas de mi aula pero siempre que me ven me gritan cosas feas por eso vengo siempre al baño a llorar, pero ahora hasta aquí me siguen para gritarme más y más cosas.

Sofía la miro a los ojos y le dijo: Acaso no sabes que eso que hacen esas niñas es acoso escolar o más conocido cómo bullying? No debes dejar que eso te pase y debes contarle a tu maestra o directora para que les llamen la atención y deje de pasar eso. Ya le has contado a tus padres de lo que sucede? Andrea dijo: no, es que me da vergüenza contarles. Pues no debes tenerla, cuéntales lo que está pasándote para que te puedan ayudar dijo Sofía. Gracias lo haré dijo Andrea.

Al día siguiente después de que Andrea le contó a sus padres lo que sucedía, sus padres se reunieron con la directora del colegio quien mandó llamar a las niñas para hacerles saber que lo que hacían no era correcto y lo que podía afectar a su compañera, que tendrìan un castigo por ese comportamiento.

Paula, Jimena y Antonella se sientieron mal de lo que habian hecho y se discuparon con Andrea y con la directora. Prometieron nunca más volver a molestar a ningun compañero. A partir de ese dia Andrea volviò a ser una niña feliz!!

NO AL ACOSO ESCOLAR!!!

 

Categoría: No al Acoso Escolar

Nombre de la alumna: Daniela Juarez

Edad: 10 años

Colegio: Liceo Chapero

País: Guatemala

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Premonición

Seguimos con los ganadores de un Accésit del IX Concurso Infantil Iberoamericano de Relato Breve, Otro Mundo es Posible. Este corresponde a la categoría "No a la violencia de género contra las niñas".




¡Mamá!, ¡Papá! Gritaba Mariana mientras abría la puerta de su casa. Pensó que era inútil entrar siempre de la misma manera si nunca estaban en casa sus padres. A veces se iban por varios días dejando una nota con dinero o simplemente dinero sin dar explicaciones de su ausencia. Si no fuera por Marco, su compañero de clase y fiel amigo, la vida sería aburrida.

Otro de sus mejores amigos es su celular, casi siempre le llegan mensajes y solicitudes de amistad de extraños. No suele hacerles caso, hasta que vio la foto de alguien a quien consideró guapo.

Alexander Dietrich salía en su información personal, no había más fotos en su Facebook que las de su perfil. A pesar de todo optó por aceptar la solicitud de amistad. Es un poco mayor, creo que, de unos 25 años, contaba la estudiante a Marco. “No lo conoces, ten mucho cuidado”, dijo el amigo al enterarse que el galán le había citado a una cena en el mejor restaurante de la zona.

No podía esperar más tiempo, observaba fijamente las manecillas del reloj y este le sonreía como si a propósito hiciera que el tiempo transcurriera lento. El vestido yacía tendido en la cama mientras los zapatos con decoraciones de mariposas esperaban debajo de la cama. No se preocupaba por lo que dirán sus padres, pues a las finales, nunca están en casa.

¡No lo podía creer! Pensó que podría ser que un viejo haya usado la foto de alguien para hacerse pasar por Alexander, pero no era así. Sentado en una de las mesas del restaurante estaba él, vestido formalmente mientras observaba su celular.

La niña quedó asombrada por su aspecto tan pulcro y sus modales de caballero. ¿Qué le voy a servir? Le preguntó el mozo a Mariana. Tráele una ensalada por el momento, dijo Alexander, también pidió una botella de vino. Iba a ser la primera vez que ella iba a consumir alcohol.

La plática era buena e interesante, pero ya la luna bostezaba en el cielo. El caballero ofreció llevarla en su carro, uno no muy lujoso, sin embargo, a la niña le parecía como a un carruaje de cuentos. El camino se hacía cada vez más extraño. Mariana se dio cuenta de que algo malo le iba a pasar. Quiso abrir la puerta del carro y solo sintió un golpe en la cara que la dejó inconsciente.

Despertó en un lugar oscuro, se dio cuenta que estaba amarrada y algunos moretones se observaban en su cuerpo. Quería hablar y solo recibía golpes en la cara. Se sentía perdida y sin salida, sus padres ni se darán cuenta de su ausencia. Debí hacerle caso a Ángel, se decía mientras gruesas lágrimas caían sin cesar. El sujeto empezó a desabrocharse el pantalón. “Hoy es mi día de suerte, no hay muchachas puras hoy en día”. Trató de besarla en la boca, pero ella llegó a escupirlo, ganándose otra bofetada y un trapo como mordaza. Con sus manos abrió sus piernas, podía sentir su aliento con olor al vino de la cena, después…  ¿Qué le voy a servir?, señorita, ¿qué le voy a servir? Preguntó el mozo mientras ella despertaba de una posible pesadilla. Observó a su acompañante, quien estaba sentado y fumando como todo un universitario. Disculpe, no voy a ordenar nada, dijo la menor, quien también se despidió de su cita con una voz temblorosa y se fue lentamente.

 

Categoría: No a la violencia de género contra las niñas

Nombre de la alumna: Sandra Jimena Chávez Ramírez

Edad: 12

Colegio: 0433 “Luisa Aliaga Gonzales” - COPRODELI



viernes, 20 de septiembre de 2024

El jardín de la Gratitud

Nos alegra mucho comenzar con la publicación de los relatos ganadores de la edición de este año, la novena, del Concurso Infantil Iberoamericano de relato Breve, Otro Mundo es Posible. Y lo hacemos con los alumnos que han conseguido un Accésit, en este caso en la categoría "Diferentes pero Iguales".



En el corazón de París, entre calles empedradas y cafés acogedores, se encontraba la Escuela Rancoise - Duponte de París un refugio del saber donde la alegría y el respeto florecían como rosas en primavera. Sin embargo, como en cualquier jardín, a veces crecían pequeñas espinas de rencor y discriminación.

Un día soleado, mientras los estudiantes disfrutaban del recreo, un grupo de niños rodeaba a Santiago un chico nuevo de tímida sonrisa y ojos llenos de sueños. Sus risas burlonas resonaban en el patio, hiriendo el corazón de Santiago como si fueran piedras lanzadas con crueldad.

La maestra Paula Andrea, atenta siempre al bienestar de sus alumnos, observó la escena con preocupación. Su mirada, llena de compasión, recorrió los rostros de los niños, buscando una chispa de empatía. Y la encontró en Luciana, una niña de mirada profunda y corazón bondadoso.

Paula Andrea se acercó a Luciana y le susurró: "Luciana, ¿te gustaría ayudarme a crear un jardín especial en la escuela?". La niña, intrigada, asintió con entusiasmo.

Al día siguiente, la maestra reunió a toda la clase en el patio. Con una sonrisa cálida, les explicó que plantarían un "Jardín de la Gratitud", un lugar donde cultivarían las flores más hermosas: el respeto, la amabilidad y la comprensión.

Cada niño recibió una semilla y una maceta decorada con colores vibrantes. Paula Andrea les pidió que pensaran en alguien a quien quisieran agradecer algo especial y que escribieran esa gratitud en un pequeño papel. Luego, con cuidado, sembraron la semilla y colocaron el papel junto a ella.

Los días siguientes, el jardín se convirtió en un lugar mágico. Los niños cuidaban con esmero sus plantas, regándolas con palabras de agradecimiento y adornándolas con dibujos llenos de cariño Compartían historias sobre las personas a las que agradecían, y poco a poco, sus corazones se abrían como pétalos bajo el sol.

Un día, mientras Santiago observaba las flores coloridas del jardín, Luciana se acercó a él con una sonrisa tímida. Le obsequió el papel y le dijo: "esto es para ti, Santiago". En el papel, él leyó las palabras más hermosas que jamás había escuchado: "Gracias por ser amable conmigo, incluso cuando los demás no lo son".

Las lágrimas brotaron en los ojos de Santiago. Por primera vez en mucho tiempo, sintió que no estaba solo porque Luciana, con su simple gesto de gratitud, había plantado una semilla de amistad en su corazón.

A partir de ese día, algo mágico comenzó a suceder en la Escuela Rancoise -Duponte de Paris. Los niños se miraban con más amabilidad, hablaban con respeto y se ayudaban unos a otros. Las risas burlonas se transformaron en palabras de aliento y los rencores se disolvieron como rocío al amanecer.

El Jardín de la Gratitud se convirtió en un símbolo de paz y armonía en la escuela. Las flores de respeto, amabilidad y comprensión florecían por doquier, llenando el aire de una fragancia dulce y reconfortante.

Santiago, Luciana y sus compañeros aprendieron que la gratitud y el respeto son las flores más poderosas que podemos cultivar en nuestro corazón. Con ellas, podemos construir un mundo donde la violencia, el acoso y la discriminación no tengan cabida, y donde la paz reine en cada rincón, como un sol radiante que ilumina nuestros días.

 

CATEGORIA: Diferentes pero iguales.

NOMBRE: Luciana Moncada Botero

EDAD: 9 años

COLEGIO: Institución Educativa A.S.I.A Ignaciana

PAÍS: Colombia