Primer Premio “No a la Discriminación por Cultura” – III Concurso Infantil Iberoamericano de Relato Breve “Otro Mundo es Posible”
Uno
abre los ojos por primera vez, sin saber lo que pasa o como es.
A
medida de que el tiempo pasa, uno siempre encuentra “unos pequeños defectos”, de
su cuerpo, de su capacidad y demás…Pero lo que las personas no saben o no
comprenden, es que cada individuo es diferente a los demás. Así que empiezan
a discriminarse a sí mismos, perdiendo
su autoestima y queriendo que los otros estén conformes con su personalidad.
Pero ocurrirá lo contrario, porque al querer cambiar, uno deja de ser lo que
era y empieza a tener otros hábitos innecesarios, como estar pendiente de la otra
persona.
En la
sociedad, hay dos grandes grupos de personas. Las que dicen no a la discriminación y las que
discriminan. Y si lo hacen, es porque no les enseñaron a tener respeto por los
demás Pueden hacerlo para reírse, para hacer bromas, o por diversión. Y no tienen idea de que
tarde o temprano ellos también se verán involucrados.
La familia le puede decir que uno si nace así,
es un ser único, y no tiene que importarte lo que te digan, pero no saben cómo es
la mentalidad de esa persona, si es difícil para ella o no aceptarse como es. Por
eso, si uno tiene una pancita que le molesta, con un poco de esfuerzo se puede
bajar; unos dientes chuecos se pueden emprolijar y una nariz que no es de su
gusto, también.
Pero
en realidad hay que pensar que los otros también tienen defectos, tienen
envidia hacia otros, tienen miedo de ser diferentes a los demás, pero tal vez
tienen otra manera de procesarlo.
La
enseñanza que nos deja esto, es que todos tenemos características heterogéneas y
sentimientos distintos.
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